Willy_Galleta - La Pistola de Chekhov es un elemento que se presenta al público como algo con una utilidad evidente. Ese elemento siempre acaba usándose. Si no se usa, para empezar no debería haberse presentado. Por supuesto, la Pistola de Chekhov puede ser una pistola o no.
El ejemplo clásico de Pistola de Checkhov es el robot tripulado de almacenamiento de Aliens (Alien 2). Es un elemento que aparece durante toda la película sin que nadie sepa exactamente por qué (se sabe para qué se usa, pero no se usa en la trama), pero al final resulta ser la clave de todo el asunto (y le salva el culo a Ripley).
Un ejemplo de Pistola de Chekhov mal usado es la Materia Blanca de Final Fantasy VII . Durante todo el juego te insisten tanto en que no hace nada, pero tiene una extraña conexión con todo lo místico que resulta evidente que es la solución... y al final, ni siquiera lo es.
Un ejemplo de algo que NO es una Pistola de Chekhov es la pistola del bueno que nunca dispara. Eso es una Pistola de Chekov .

Fadri - La pistola de Chekhov gusta al público porque al recibir utilidad un objeto mostrado anteriormente, se percibe una sensación de completitud en la historia y el cerebro se pone a segregar endorfinas que da gusto.
¡Hay gente que se chuta a base de pistolas de Chekhov! No abuséis de ellas.

Kalitro - La pistola de Chekhov puede ir desde lo más sutil a lo más descarado, pero recuerda que la mayoría de los lectores han leído más cosas y saben que si hay cables sueltos en una habitación, alguien va a recibir una descarga eléctrica. ¿Por lo tanto es bueno sorprender haciendo que un elemento aparentemente importante luego resulte que no lo es? Pese a lo que pueda parecer, hacer eso puede llevar a un error, ya que lo más fácil es pensar que al escritor se le olvidó ese elemento. Por cierto, el error se agrava a medida que das más detalles de ese elemento.

John_Wheel - Al usar Pistolas de Chekhov no conviene tratar al espectador como si fuera idiota. De hecho puede llegar a hacer que los personajes resulten demasiado estúpidos al no darse cuenta de lo obvio rompiendo la Suspensión de la Incredulidad .