John_Wheel - La censura es una lacra tanto en el mundo del arte como en el de la información, y puede aparecer en forma de auto-censura por los tabúes en los que se ha crecido. Un artista lo que hace es expresarse, por tanto no puede tener miedo a hacerlo.

Pero tampoco hay que dedicarse a demostrar lo libre que se es constantemente sin aprovechar esa libertad para un objetivo.

La realidad es que dibujar tetas y decir palabrotas lo puede hacer un crío (y lo hacen bastante), no es algo para lo que haga falta ningún tipo de valor. Sin embargo, para hacer El Gran Dictador cuando Hitler todavía estaba vivo sí que requiere de cierta valentía.

Simplemente basta con usar las cosas cuando sean necesarias. Si tiene que salir gente follando como animales, gente siendo despedazada, racistas, pederastas o gente inyectándose LSD en los ojos que salga. Sin embargo se puede caer en una falacia lógica de que si no lo incluyes en todo lo que hagas te estás cohibiendo, pero es que demostrar a cada minuto lo adulto y maduro que se es no es ni adulto ni maduro. Es más bien infantil.

Además restringirse a crear siempre obras sexuales, violentas, satíricas o grotescas crea también una auto-censura, la de no atreverse a hacer justo lo contrario. Y eso es estúpido.

No hay que preguntarse sólo si se es lo bastante valiente para hacer una historia de una violación, también hay que preguntarse si se es lo bastante valiente para hacer una historia infantil y bonita y que te de igual que te tomen por blando o flojo.

Kalitro - A veces es bueno provocar. Los artistas en parte están para crear polémica en el público y hacerles pensar. Pero provocar por provocar en realidad es sólo una rabieta que busca llamar la atención, y un espectador atento puede ver a través de esta rabieta.

Para aprender hay que ser atrevido, pero si sólo buscamos ser atrevidos, al final tendremos un arte vacuo y dejaremos de aprender de otras cosas que igual nos podría servir.