Kalitro - Una buena forma de aprender y de conocerse mejor a uno mismo como autor es a través de retos. Los hay tan conocidos como el cómic de 24 horas, crear 30 personajes nuevos en un mes, o en cierto modo, los cómics de 50 tiras. Al ser ejercicios nos permiten practicar un área concreta de nuestra faceta, al mismo tiempo que ponemos a prueba nuestros lÃmites.
Pero estos retos suelen tener un propósito y muchas veces la gente no profundiza en los mismos. Por ejemplo, los cómics de 24 horas son una prueba de resistencia y sÃntesis. No consiste sólo en estar 24 horas dibujando para hacer tres páginas muy detalladas, por ejemplo. Cuando decidas hacer un reto tebeÃstico, piensa qué quieres demostrarte y aprender con ello, no te lo plantees como si fuese un logro videojueguero que desbloquear o una medalla que aporta algo, da igual el modo en el que lo obtengas.
Eso serÃa como que tu snap salga destacada porque pides a tus amigos que se registren y voten por ti. Jeje ¿quién querrÃa hacer eso?
John_Wheel - Venga, vamos a admitirlo. Hacer un cómic está tirado. Ti-ra-do. Cualquiera puede liarse a hacer uno con un folio de apuntes y un boli gastado. Pero claro, hacerlo bien o por lo menos que sea aceptable para leer es otro cantar. Coger un reto y completarlo de forma cutre y sin esfuerzo o sin plantearlo de una forma distinta a lo que ya se hace no sirve para nada. La propia definición de reto lo dice, tiene que ser algo que presente algún tipo de obstáculo que obligue a desarrollar una habilidad contra él. Si es que a veces con un poco de semántica y etimologÃa basta para entender las cosas.